En Gares, España, Laura Salvador ha dedicado su vida a ayudar a otros a través de la terapia canina. Con más de 15 años de experiencia en el adiestramiento de perros, Laura combina su pasión por los animales con su deseo de asistir a personas que sufren de soledad, depresión y ansiedad en su centro, Canae.
Desde 2018, Laura ha ampliado su enfoque desde el adiestramiento básico de perros hasta incluir la psicología canina y la terapia de apoyo emocional. Su formación integral incluye habilidades especializadas en perros de búsqueda, rescate y protección civil.
El trabajo de Laura se divide en cuatro áreas clave: terapia de intervención asistida por animales, perros de apoyo emocional, adiestramiento canino y educación. Ella opera en una propiedad espaciosa donde realiza diversas actividades terapéuticas.
Durante los últimos siete años, Laura y sus dos perros de terapia, una pastora suiza de seis años llamada Mai y un grifón vendéano de siete años llamado Nire, han estado visitando a los ancianos de la Casa de Misericordia en Pamplona, proporcionando compañía y alegría.
No todos los perros son adecuados para el apoyo emocional. Laura enfatiza la importancia del temperamento, afirmando que los perros de apoyo emocional ideales deben ser calmados, equilibrados, afectuosos y sociales, cualidades que se pueden observar desde los dos meses de edad. Ella cree que la selección de estos perros debe ser individualizada, ya que cada perro tiene características únicas.
El carácter, una combinación de temperamento y comportamientos aprendidos, juega un papel crucial en el desarrollo del perro de apoyo emocional ideal. Según Laura, el 80% del carácter de un perro está influenciado por su dueño, mientras que el 20% proviene de su disposición natural.
Para preparar a los cachorros para sus roles, Laura se centra en la socialización y la adaptación entre los dos y cuatro meses de edad, asegurando un vínculo sólido con sus dueños a través de técnicas de refuerzo positivo. Este enfoque fomenta la independencia en los perros.
Los perros de apoyo emocional impactan significativamente el bienestar psicológico y social de sus dueños, promoviendo la regulación emocional y reduciendo el aislamiento. Laura señala que las interacciones con estos perros pueden disminuir la frecuencia cardíaca, reducir la presión arterial y mejorar la relajación.
Laura aboga apasionadamente por los beneficios de la terapia canina, especialmente para individuos con trastornos del espectro autista, donde los perros pueden ayudar a identificar y mitigar crisis emocionales.
Con planes para expandir su próspero negocio, Laura continúa dedicándose a mejorar las vidas de sus clientes humanos y de sus compañeros peludos, ayudándoles a encontrar felicidad y alivio emocional.