Excrementos de ballena: Clave para la salud del océano

La fascinación de un científico por los excrementos de ballena ha abierto nuevas avenidas para comprender a los mamíferos marinos y los ecosistemas oceánicos.

Hace treinta años, durante un programa de investigación en la Bahía de Fundy, Canadá, el investigador se encontró con una ballena macho que liberó una gran cantidad de excrementos antes de sumergirse. Este momento desencadenó un estudio a largo plazo sobre los excrementos de ballena, revelando información desde Islandia hasta México, de Alaska a Hawái.

Los excrementos de ballena pueden proporcionar información crítica sobre su dieta, hormonas, salud reproductiva, niveles de estrés, microbioma intestinal e incluso ascendencia genética. Además, ayuda a evaluar los niveles de mercurio y la contaminación oceánica.

Curiosamente, los excrementos de ballena pueden variar en color, apareciendo en verde neón o rojo brillante.

Dos años después de ese encuentro inicial, el investigador se enteró de la bomba biológica, un proceso oceánico crucial para la captura de carbono. El fitoplancton, la base de la cadena alimentaria marina, absorbe dióxido de carbono a través de la fotosíntesis y lo transfiere a través de la cadena alimentaria. A medida que estos organismos mueren, liberan carbono en el agua.

Las ballenas, que se alimentan a grandes profundidades, traen nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y hierro a la superficie a través de sus desechos. Este ciclo de nutrientes apoya el crecimiento del fitoplancton y mejora las poblaciones de peces, contrarrestando los argumentos a favor de la caza de ballenas basados en la competencia por peces con las ballenas.

El concepto de 'bomba de ballena' ilustra que la presencia de ballenas en el océano podría aumentar las poblaciones de peces, destacando su importancia ecológica.

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