Argentina muestra señales de recuperación económica en 2025, impulsada por las reformas fiscales y las políticas de desregulación iniciadas por el presidente Javier Milei. Estas medidas incluyen una reducción significativa del gasto público y una disminución de la inflación, que ha pasado del 270% a poco más del 40%.
El Instituto Internacional de Finanzas (IIF) destaca el proceso de estabilización “más audaz” de Argentina, enfatizando la disciplina fiscal. La eliminación del “cepo cambial”, que restringía el acceso a dólares estadounidenses, es un paso clave.
La economía real está mostrando recuperación, especialmente en los sectores de exportación. Se observan mejoras en las condiciones de inversión, impulsadas por la estabilización macroeconómica, la desregulación y un tipo de cambio flotante.
El crédito al sector privado está aumentando, y los bancos están cambiando su enfoque de los valores públicos al crédito privado. El acceso del gobierno a los mercados de capitales sigue siendo restringido, pero están surgiendo señales de normalización. A pesar del compromiso del gobierno, los inversores globales siguen siendo cautelosos debido a las limitadas reservas externas y al tamaño del sistema financiero. Mantener el progreso requiere reformas más profundas, apoyo institucional y la movilización de la inversión privada. Esta situación recuerda a las reformas implementadas en otros países de la región, como Chile, y sus efectos en el mercado laboral y la inversión extranjera.