Philip Lane, el economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), declaró que no hay riesgos inminentes de recesión que requieran una aceleración dramática de los recortes en las tasas de interés. Enfatizó la importancia de mantener un equilibrio que evite desencadenar inflación mientras apoya el crecimiento económico.
Los comentarios de Lane llegan en un momento en que se espera que el BCE alivie aún más su política monetaria este año, buscando un término medio que no conduzca a una recesión ni retrase innecesariamente el control de la inflación.
El año pasado, el BCE redujo las tasas en cuatro ocasiones, y los mercados anticipan cuatro ajustes más este año, principalmente en la primera mitad, ya que la inflación tiende hacia el objetivo del 2% del banco alrededor de mediados de 2025.
Lane señaló: “Si las tasas disminuyen demasiado rápido, será difícil controlar la inflación de los servicios.” Agregó que las tasas no deberían permanecer altas por mucho tiempo, ya que esto podría debilitar el impulso inflacionario y llevar a la inflación a caer significativamente por debajo del objetivo.
Contener el aumento de precios depende de reducir la inflación de los servicios, que ha permanecido alrededor del 4% durante gran parte de 2024. Sin embargo, se espera que el crecimiento salarial, un factor significativo en la presión de precios, sea “significativamente” más bajo este año, asegurando una reducción adicional de la inflación desde el 2.4% de diciembre.
A pesar de que la economía ha estado apenas por encima del crecimiento cero durante gran parte del año pasado, Lane no prevé riesgos de recesión que requieran una aceleración dramática del alivio monetario. Afirmó que no es necesaria una recesión para gestionar la inflación, ya que las condiciones para frenar el aumento de precios ya están en gran medida presentes.
“Lo que necesitamos desarrollar este año es un camino intermedio, para no ser ni demasiado agresivos ni demasiado cautelosos en nuestras medidas,” concluyó Lane.