Los beneficios y desafíos del multilingüismo en la investigación científica

Rahul Roy, un estudiante de posgrado de India, reflexiona sobre la dualidad de sus experiencias lingüísticas mientras estudia en la Universidad de Yale. Al llegar a los Estados Unidos, se enfrentó al desafío de comunicarse de manera efectiva en inglés, a pesar de su formación en varios idiomas, incluido el bengalí, el hindi y el telugu.

El recorrido académico de Roy comenzó en el Instituto Indio de Tecnología en Delhi, donde recibió educación en inglés desde una edad temprana. Sin embargo, señala que comunicarse con hablantes nativos sigue siendo un desafío, especialmente al encontrarse con terminología especializada y matices culturales.

Actualmente, como investigador que estudia las características biológicas del ARN, Roy enfrenta una barrera lingüística única que puede llevar a sentimientos de aislamiento. Describe situaciones en las que hablar frente a grupos—ya sea en reuniones de laboratorio o conferencias—se siente como caminar sobre una cuerda floja, dejándolo a menudo reflexionando sobre su desempeño después.

A pesar de estos desafíos, Roy encuentra consuelo en el entorno del laboratorio, donde el enfoque está en la experimentación en lugar de la competencia lingüística. Afirma: “Los experimentos no tienen acento, y el equipo de laboratorio no se preocupa por el vocabulario.” En estos contextos, siente un sentido de comodidad y elocuencia.

Roy enfatiza las ventajas creativas de usar su lengua materna, especialmente durante momentos de inspiración. Cree que pensar en su lengua nativa permite una resolución de problemas más clara y enfocada, libre de las limitaciones de la traducción.

En su laboratorio, que consta de 25 investigadores, la mayoría de los cuales son estudiantes internacionales, existe un entendimiento compartido de las luchas asociadas con las barreras lingüísticas. Esta camaradería fomenta la colaboración y el apoyo mutuo, creando un vínculo único entre los compañeros.

Sin embargo, Roy reconoce momentos de soledad que surgen de navegar entre dos mundos lingüísticos. Describe cómo hablar su lengua materna aporta confianza y fluidez, mientras que cambiar al inglés puede inducir ansiedad y vacilación.

Roy concluye que su viaje multilingüe no solo ha moldeado su vida profesional, sino también su identidad personal. Anima a otros en situaciones similares a ver sus diversos orígenes como fortalezas en lugar de obstáculos, afirmando que el multilingüismo es un activo poderoso que enriquece el pensamiento crítico y la creatividad.

Comparte una anécdota personal sobre la resolución de un problema complejo al traducirlo a su lengua materna, lo que llevó a un avance en su metodología de investigación. Esta experiencia solidificó su creencia de que ser multilingüe no es un obstáculo en la ciencia, sino más bien una ventaja distintiva que enriquece su trayectoria académica.

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