Una reciente investigación del Rush University Medical Center destaca el impacto significativo de los cambios en la dieta y el estilo de vida en la salud cerebral, lo que podría prevenir la enfermedad de Alzheimer y la demencia. Aunque ciertos factores de riesgo como la edad y la historia familiar no pueden ser controlados, el estudio enfatiza que los riesgos modificables pueden ser mitigados a través de elecciones de vida inteligentes.
El Dr. Augusto Miravalle, neurólogo especializado en esclerosis múltiple, afirma: "Existen riesgos modificables, y es importante mitigarlos." La investigación subraya la importancia de la nutrición, el ejercicio, la atención plena, el sueño y la gestión del estrés en el mantenimiento de la salud cerebral.
Aunque estos cambios pueden no curar las condiciones cerebrales degenerativas, pueden ralentizar la progresión de la enfermedad y prevenir el daño cerebral. Las recomendaciones clave incluyen:
Actividad Física: Participar en ejercicio regular, como correr o nadar, se ha demostrado que protege contra la demencia y reduce el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple (EM).
Dieta Saludable: La dieta MIND, desarrollada en Rush, combina elementos de la dieta mediterránea y la dieta DASH, enfatizando alimentos ricos en polifenoles y ácidos grasos omega-3 para apoyar la salud cerebral.
Desafíos Mentales: Actividades como crucigramas y lectura pueden fortalecer las conexiones cerebrales y reducir el riesgo de trastornos de la memoria.
Sentido de Propósito: Tener un trabajo o participar en actividades significativas puede disminuir significativamente el riesgo de deterioro cognitivo.
Al incorporar estas estrategias, las personas pueden mejorar su salud cerebral y su bienestar general, especialmente para aquellos en riesgo de enfermedades crónicas. Los hallazgos fueron publicados el 27 de diciembre de 2024 por investigadores del Rush University Medical Center en Chicago, EE. UU.