El retinol ha ganado prominencia en dermatología por su efectividad en combatir el envejecimiento, mejorar la textura de la piel y tratar el acné. Sin embargo, no todos los tipos de piel o condiciones son adecuados para este potente derivado de la vitamina A, y algunas personas deben evitarlo por completo.
El retinol y otros retinoides están contraindicados durante el embarazo. Los estudios han demostrado que su uso, particularmente en altas dosis o de forma oral (como la isotretinoína), puede provocar malformaciones fetales, defectos congénitos y complicaciones en el desarrollo del bebé. Aunque el retinol tópico se absorbe en menores cantidades, se recomienda evitarlo por completo durante el embarazo para mitigar cualquier riesgo.
Para las personas con piel extremadamente sensible o condiciones como la rosácea y la dermatitis, el retinol puede ser demasiado agresivo. Según el Journal of the American Academy of Dermatology, puede desencadenar irritación, enrojecimiento, descamación y sensación de quemazón en quienes padecen estas condiciones. La piel sensible tiene una barrera más débil, lo que permite que el retinol penetre más profundamente y cause efectos adversos. En estos casos, los dermatólogos suelen recomendar alternativas más suaves, como el bakuchiol o los péptidos.
Las personas que se someten a tratamientos dermatológicos agresivos, como peelings químicos, dermoabrasión o terapia láser, también deben evitar el retinol. La combinación de estos tratamientos con retinoides puede dañar aún más la piel, causando irritación extrema o incluso hiperpigmentación posinflamatoria, según un estudio publicado en el International Journal of Dermatology. Se aconseja esperar varias semanas después de estos procedimientos antes de reintroducir el retinol en la rutina de cuidado de la piel.
Además, el retinol aumenta la sensibilidad de la piel a los rayos UV, incrementando el riesgo de quemaduras solares y daños por exposición prolongada al sol. Si trabajas al aire libre o pasas mucho tiempo bajo el sol, es mejor evitar este compuesto o al menos extremar el uso de protector solar y productos antioxidantes.
El uso de este químico en concentraciones altas debe estar supervisado por un dermatólogo. Exceder las dosis recomendadas puede provocar reacciones adversas, incluso en personas que no suelen tener problemas con productos cosméticos. La Academia Americana de Dermatología sugiere comenzar con dosis bajas y aumentar gradualmente la concentración para minimizar el riesgo de irritación.
Si bien el retinol tiene beneficios ampliamente comprobados, no es adecuado para todos. Consultar a un especialista y considerar alternativas es esencial para cuidar tu piel sin riesgos.