El 15 de enero de 2025, se desarrollaron eventos globales significativos que impactaron diversos sectores y poblaciones.
En Japón, investigadores de varias instituciones publicaron un estudio en la revista npj Science of Food, vinculando el consumo de té verde con daños reducidos en la materia blanca del cerebro, lo que podría ofrecer protección contra la demencia. El estudio analizó datos de voluntarios mayores de 65 años, recopilados entre 2016 y 2018. Se encontró una notable correlación entre una mayor ingesta de té verde y menos lesiones en el cerebro, mientras que el consumo de café no mostró efectos similares.
Los participantes que consumían tres tazas de té verde al día mostraron una reducción del 3% en las lesiones de la materia blanca en comparación con aquellos que bebían una taza. Aquellos que consumían de siete a ocho tazas al día tenían una reducción del 6%. Sin embargo, el estudio observó que no hubo un impacto significativo en el volumen total del cerebro o el tamaño del hipocampo, que también son indicadores de deterioro cognitivo.
Además, el estudio indicó que el consumo de té verde no tuvo un efecto significativo en personas diagnosticadas con depresión o en aquellas que portaban la variante del gen APOE4, asociada con la enfermedad de Alzheimer. Los hallazgos sugieren que los mecanismos cardiovasculares pueden desempeñar un papel en los resultados observados, dado que investigaciones previas han relacionado el té verde con una presión arterial más baja y el subsiguiente riesgo reducido de demencia.
El té verde es conocido por sus propiedades antioxidantes, atribuibles a compuestos como los catequinas, que también ayudan en el control del peso y la destrucción de células cancerosas. La investigación continua explora el potencial completo de esta bebida para promover la salud y la longevidad.