Un terremoto de magnitud 6.8 sacudió la región autónoma del Tíbet en el oeste de China el 7 de enero, resultando en al menos 95 muertes y 130 heridos. El epicentro se localizó en el remoto condado de Tingri en el Himalaya, a una profundidad de 10 kilómetros, considerada superficial. El temblor también se sintió en Katmandú, la capital de Nepal, y en el norte de India.
Según la agencia de noticias estatal china Xinhua, más de mil casas fueron dañadas por el sismo. Los residentes locales informaron que muchas de las casas de barro colapsaron debido a la actividad sísmica. El presidente chino Xi Jinping prometió 'esfuerzos totales' para rescatar a las víctimas y reubicar a los desplazados por la tragedia, que ocurrió durante los duros meses de invierno con temperaturas previstas de hasta -18°C en la región.
El líder espiritual del Tíbet en el exilio, el Dalai Lama, expresó sus condolencias por el terremoto y ofreció oraciones por quienes perdieron la vida, deseando una pronta recuperación a los heridos. En un evento similar en 2015, un terremoto de 7.8 grados en el Himalaya causó aproximadamente 9,000 muertes en Nepal y destruyó más de medio millón de viviendas.