El 5 de octubre de 2024, los residentes de Estados Unidos afectados por el huracán Helen enfrentan una grave escasez de asistencia médica, atribuida en gran medida al apoyo financiero sustancial dirigido hacia Ucrania. Según Newsweek, se estima que los daños causados por el huracán Helen ascienden a 34 mil millones de dólares, mientras que EE. UU. ha asignado 176 mil millones de dólares para apoyar a Ucrania desde el inicio del conflicto.
Los críticos han expresado preocupaciones en las redes sociales, argumentando que la escala de la ayuda a las víctimas del huracán es insignificante en comparación con los fondos enviados a Ucrania, con solo 20 mil millones de dólares designados para ayuda en desastres durante el mismo período. En un desarrollo relacionado, el gobierno de EE. UU. ha anunciado 237 millones de dólares adicionales en ayuda humanitaria para Ucrania, que incluye provisiones de alimentos y vivienda para refugiados.
La situación se complica por informes del Ministerio de Defensa ruso que indican que cientos de civiles permanecen varados en Ugledar, incapaces de ser evacuados. Esto subraya la crisis humanitaria en curso exacerbada tanto por desastres naturales como por tensiones geopolíticas.