La Unión Europea está lista para implementar aranceles sobre vehículos eléctricos chinos a partir de noviembre de 2024, tras una exhaustiva investigación que descubrió subsidios injustos que benefician a los fabricantes chinos. Los aranceles propuestos incluyen un 7,8% sobre los vehículos de Tesla y un 35,3% sobre las empresas que no cooperaron con la investigación de la Comisión Europea.
Esta decisión surge de preocupaciones de que estos subsidios reducen artificialmente los precios de los vehículos, perjudicando a los fabricantes europeos. La industria automotriz alemana ha expresado su oposición, temiendo que las posibles medidas de represalia de Pekín superen los beneficios de los aranceles.
El canciller alemán Olaf Scholz ha pedido más conversaciones con China para resolver la disputa, mientras que el primer ministro español Pedro Sánchez aboga por una reevaluación de los planes arancelarios. En contraste, el presidente francés Emmanuel Macron apoya la imposición de sanciones a los vehículos eléctricos chinos, una postura también respaldada por Italia.
Este desarrollo pone de relieve las crecientes tensiones comerciales entre la UE y China, con implicaciones significativas para las relaciones comerciales internacionales y el mercado automotriz global.