Los últimos datos sobre la actividad manufacturera y de servicios de China, publicados el 30 de septiembre de 2024, indican un continuo descenso económico, lo que provoca llamados a medidas políticas más contundentes. El índice de gerentes de compras (PMI) oficial mostró una contracción por quinto mes consecutivo, con un valor de 49.8, ligeramente superior al 49.1 de agosto, pero aún por debajo de la marca crítica de 50 que separa el crecimiento de la contracción.
El PMI no manufacturero, que incluye servicios y construcción, cayó a 50.0 desde 50.3 en agosto, con el subíndice de servicios cayendo a 49.9, destacando la débil demanda del consumidor. Paralelamente, los indicadores privados de actividad también reflejaron debilidad económica, con el PMI manufacturero de Caixin disminuyendo a 49.3 y el PMI de servicios cayendo a 50.3.
En respuesta a estas alarmantes tendencias, los responsables de políticas chinas han iniciado una serie de medidas de estímulo, que incluyen la flexibilización monetaria y el apoyo al mercado inmobiliario. Una reciente reunión de líderes enfatizó el compromiso de proporcionar más asistencia económica, con el objetivo de estimular el crecimiento en medio de desafíos persistentes.
Los economistas expresan un optimismo cauteloso respecto al giro del gobierno hacia políticas fiscales más agresivas. Sin embargo, persisten las preocupaciones sobre la efectividad de estas medidas para revertir el actual malestar económico, especialmente dada la significativa presión de la deuda y el sentimiento del mercado deprimido.
Los analistas sugieren que sin un plan de reforma integral para mejorar el bienestar social y el consumo, China podría enfrentar un período de recuperación prolongada. A medida que avanza el año, aumentan las expectativas de una revisión presupuestaria sustancial para respaldar el objetivo de crecimiento económico de aproximadamente 5%, que está cada vez más amenazado.