Los recientes eventos climáticos severos en todo el mundo han levantado alarmas sobre los impactos crecientes del cambio climático. El 29 de septiembre de 2024, diversas regiones experimentaron condiciones climáticas extremas, incluidas olas de calor sin precedentes, inundaciones y tormentas, lo que provocó interrupciones significativas y pérdida de vidas.
En Europa, los países han reportado temperaturas récord, causando sequías generalizadas y afectando la agricultura. En Asia, las intensas lluvias del monzón han llevado a graves inundaciones, desplazando a miles y dañando la infraestructura. Mientras tanto, los huracanes en el Atlántico se han intensificado, lo que ha llevado a respuestas de emergencia y evacuaciones.
El impacto global de estos eventos climáticos es profundo, afectando la seguridad alimentaria, la estabilidad económica y la salud pública. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha advertido que sin acciones inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, tales extremos se volverán más frecuentes y severos.
A medida que las naciones se reúnen para conversaciones sobre el clima, la urgencia de abordar el cambio climático y sus efectos en los patrones climáticos globales nunca ha sido tan crítica. Las acciones inmediatas, incluida la cooperación internacional y prácticas sostenibles, son esenciales para mitigar estos impactos.