Estados Unidos está contemplando la imposición de nuevas sanciones económicas a Rusia, dirigidas a sus sectores bancario y energético, según un informe de Reuters [11]. Las posibles medidas tienen como objetivo disuadir una mayor agresión contra Ucrania [11].
Estas sanciones propuestas podrían afectar a importantes entidades rusas como Gazprom, así como a otras empresas de las industrias de recursos y banca [11]. Actualmente se están llevando a cabo conversaciones entre funcionarios [11]. El senador Lindsey Graham ha indicado un fuerte apoyo bipartidista a un proyecto de ley que exige sanciones más duras si Vladimir Putin no reduce la escalada del conflicto [2, 3].
Según Graham, la mayoría de los senadores apoyan el proyecto de ley, que impondría importantes sanciones a Rusia e introduciría aranceles del 500% a las importaciones de países que sigan comprando petróleo, gas natural o uranio rusos [2, 4]. El presidente Trump también cree que Putin puede estar prolongando las negociaciones sin una intención genuina de poner fin a la guerra [3].
Estados Unidos y Ucrania también firmaron un acuerdo de minerales impulsado por Trump, que otorga a Washington acceso a algunos de los recursos naturales de Ucrania [6, 16]. El acuerdo, negociado durante mucho tiempo, también establece un fondo de inversión destinado a asegurar el apoyo estadounidense a largo plazo mientras Ucrania continúa resistiendo los avances rusos [6, 16].