España se enfrenta actualmente a una importante crisis de vivienda, lo que ha provocado protestas generalizadas en todo el país. El 5 de abril, se llevaron a cabo grandes manifestaciones en 40 ciudades, donde los ciudadanos expresaron su preocupación por el aumento de los alquileres y la escasez de viviendas asequibles. Esta situación surge en medio del crecimiento económico de España y la escasez de viviendas, que se ha intensificado por un aumento del turismo.
En Madrid, el sindicato local de inquilinos informó que más de 150.000 manifestantes marcharon, expresando su insatisfacción con el enfoque del gobierno para equilibrar el turismo y la migración con las necesidades de vivienda de sus ciudadanos. El desequilibrio entre la oferta y la demanda de viviendas ha provocado un aumento de los precios, lo que dificulta que muchos puedan acceder a una vivienda adecuada.
Los datos de Idealista indican una tendencia preocupante: los alquileres medios en España se han duplicado y los precios de las viviendas han aumentado un 44% en la última década. Estos aumentos han superado el crecimiento salarial, lo que ha creado una importante brecha de asequibilidad. Además, la oferta de propiedades de alquiler se ha reducido a la mitad desde el inicio de la pandemia de 2020.
El atractivo de España como destino turístico mundial ha contribuido a la escasez de viviendas. El país recibió un récord de 94 millones de turistas en 2024, convirtiéndose en el segundo país más visitado del mundo. El Banco de España estima que esta afluencia, combinada con la migración, ha contribuido a un déficit de vivienda de 500.000 hogares. El gobierno está explorando ahora medidas para abordar esta crisis, incluidas las regulaciones sobre alquileres a corto plazo y los incentivos para la nueva construcción, con el objetivo de lograr un equilibrio entre el turismo, las necesidades de los residentes y una vida asequible.