Líbano forma un nuevo gobierno liderado por el ex presidente de la Corte Internacional

Líbano ha formado un nuevo gobierno liderado por el ex presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Nawaf Salam, poniendo fin a un prolongado estancamiento político. El gabinete, compuesto por 24 ministros, fue juramentado el sábado 8 de febrero por el presidente Joseph Aoun, quien disolvió el gobierno interino dirigido por Najib Mikati.

El nuevo gobierno está compuesto principalmente por tecnócratas, que buscan trabajar más allá de las líneas de partido para reconstruir la nación en crisis. Cabe destacar que la milicia chiíta pro-iraní Hezbolá no forma parte del nuevo gobierno. Las Naciones Unidas han acogido con satisfacción la formación del nuevo gobierno, calificándolo de «nuevo capítulo brillante para el Líbano».

El primer ministro Salam se ha comprometido a sacar a Líbano de su crisis económica, declarando que «la reforma es el único camino hacia la salvación». También ha expresado su intención de restaurar la confianza del público en el Estado y recuperar la confianza de la comunidad internacional y los países árabes vecinos. Además, ha prometido implementar el acuerdo de alto el fuego que puso fin a la reciente guerra entre Israel y Hezbolá a finales de noviembre.

Líbano ha estado lidiando con una grave crisis política y económica durante varios años, lo que ha provocado una disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos y ha puesto a prueba las finanzas del país. El estancamiento político había persistido desde 2022, ya que los partidos parlamentarios no lograban ponerse de acuerdo sobre la formación de un gobierno de coalición. El requisito constitucional de representación proporcional de los grupos religiosos complicó aún más el proceso, ya que el presidente debe ser un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán suní y el presidente del parlamento un musulmán chií.

El estancamiento terminó porque se cree que la influencia de Hezbolá se ha debilitado debido a la guerra contra Israel y la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria. Esto permitió a Aoun, el comandante militar, ser elegido presidente, allanando el camino para el liderazgo de Salam. El nuevo gobierno se enfrenta a una tarea difícil, que incluye la implementación de reformas para obtener préstamos de donantes internacionales, la supervisión del alto el fuego entre Israel y Hezbolá y la reconstrucción de la infraestructura del país.

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