Estonia, Letonia y Lituania se han desconectado de la red eléctrica rusa e integrado en el sistema europeo, marcando un cambio significativo en la independencia energética de los estados bálticos. Esta iniciativa, que se venía preparando durante años, se convirtió en una prioridad tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.
Los estados bálticos, miembros de la Unión Europea (UE) y la OTAN desde 2004, estaban conectados a la red rusa desde la época soviética. La desconexión fue una decisión estratégica para reducir la dependencia de Rusia y fortalecer la seguridad energética.
El ministro de Energía lituano, Zygimantas Vaiciunas, declaró que la desconexión elimina la posibilidad de que Rusia utilice el control de la energía como arma. La integración de los sistemas energéticos de los estados bálticos en la red de la UE se facilitará a través de Polonia, que limita con Lituania.
Letonia cortó físicamente el cable eléctrico que la conecta a Rusia el sábado, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, asistirá a una ceremonia en Vilnius, Lituania, el domingo para celebrar la integración. La jefa de la diplomacia de la UE y ex primera ministra estonia, Kaja Kallas, calificó las desconexiones como una "victoria para la democracia".
Los estados bálticos ya habían dejado de comprar gas y electricidad a Moscú desde la invasión de Ucrania, pero sus redes eléctricas seguían conectadas a Rusia y Bielorrusia. Esta dependencia de Rusia para un flujo eléctrico estable era una preocupación para los estados bálticos, ya que era esencial para la actividad industrial y otros sectores.