Dinamarca ha anunciado planes para convertirse en el primer país en implementar un impuesto específicamente dirigido a las emisiones de metano del ganado, en particular de las vacas, que producen metano durante la digestión.
Esta iniciativa tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrícola como parte del objetivo de Dinamarca de lograr la neutralidad climática para 2045. Las vacas son contribuyentes significativos a las emisiones de metano, con cada vaca liberando aproximadamente 100 kilogramos de metano anualmente. Se informa que el metano es 25 veces más potente que el dióxido de carbono en términos de impacto sobre el calentamiento global.
A partir de 2030, el impuesto se fijará en 40 euros por tonelada de metano, lo que se traduce en un costo anual de alrededor de 4 euros por vaca para los agricultores. Esta política es parte de una estrategia más amplia para disminuir el número total de ganado en Dinamarca, con la expectativa de que no solo reducirá las emisiones de metano, sino que también mejorará la calidad del agua pública afectada por el escorrentía agrícola.
Para mitigar la carga financiera sobre los agricultores, el gobierno danés ofrecerá una reducción fiscal del 60 %. Esta medida busca equilibrar la sostenibilidad ambiental con la viabilidad de la industria ganadera.
Sin embargo, Greenpeace Dinamarca ha criticado la iniciativa como insuficientemente ambiciosa, expresando preocupaciones de que puede no llevar a una reducción significativa en el número de ganado y, por lo tanto, a beneficios ambientales limitados. La efectividad de esta política para alcanzar sus objetivos aún está por verse.