El 6 de enero de 2025, fuentes informaron que la administración saliente del presidente estadounidense Joe Biden está preparando un importante paquete de sanciones dirigido a petroleros que transportan petróleo ruso. Estas sanciones están enfocadas en individuos involucrados en la venta de petróleo por encima del límite de precios establecido por las naciones occidentales.
Las sanciones afectarán específicamente a los petroleros que transportan petróleo vendido por más de 60 dólares por barril, especialmente aquellos que operan dentro de la llamada 'flota fantasma' de Rusia. Esta flota consiste en petroleros que navegan bajo banderas extranjeras, que Rusia utiliza para eludir un embargo petrolero impuesto hace dos años debido al conflicto en curso en Ucrania.
Tras la introducción del límite de precios a finales de 2022, Rusia redirigió sus exportaciones de petróleo a mercados en China e India, a menudo a precios muy inferiores a los del mercado mundial. A pesar de estos descuentos, las ventas siguen siendo más rentables que cumplir con el techo de precios impuesto por Occidente.
Una fuente describió las próximas sanciones como 'sustanciales', indicando que podrían incluir medidas contra individuos vinculados a redes que venden petróleo ruso por encima del límite de precio establecido. A mediados de diciembre de 2024, los ministros de Relaciones Exteriores de la UE aprobaron un 15º paquete de sanciones contra Rusia, que incluía restricciones sobre 52 embarcaciones de terceros países que forman parte de la flota fantasma, llevando el número total de embarcaciones sancionadas por la UE a 79.
La UE ha prohibido a estos barcos entrar en sus puertos y recibir servicios de empresas europeas. Además, se han impuesto sanciones a empresas rusas de defensa y transporte marítimo responsables del transporte marítimo de petróleo crudo y productos petroleros.
En diciembre, doce países europeos, incluidos Alemania, el Reino Unido y Polonia, acordaron colaborar para abordar la flota fantasma rusa. Las autoridades del Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Polonia, Finlandia y Estonia ahora están revisando los documentos de seguro de barcos sospechosos en el Canal de la Mancha, los estrechos daneses y el golfo de Finlandia, compartiendo información con socios internacionales.
Estas medidas tienen como objetivo no solo restringir los ingresos de Rusia por exportaciones de energía, que financian sus acciones militares en Ucrania, sino también mejorar la seguridad ambiental de la región. Los ecologistas han señalado que casi 200 petroleros de la flota fantasma están obsoletos y deberían ser retirados de servicio, ya que se han relacionado con varios derrames de petróleo en los últimos años.