El 27 de diciembre de 2024, Rusia advirtió contra las especulaciones sobre la causa de un accidente de avión de pasajeros en Kazajistán que resultó en 38 muertes. El avión, un Embraer 190 operado por Azerbaijan Airlines, volaba de Bakú a Grozny cuando se estrelló cerca de Aktau, lejos de su destino previsto.
Tras el incidente, fuentes del gobierno azerí sugirieron que un misil tierra-aire ruso podría haber derribado la aeronave. En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, instó a la cautela, afirmando: 'Sería un error plantear hipótesis antes de que la investigación concluya.' Subrayó la necesidad de esperar los hallazgos de la investigación antes de hacer comentarios.
La autoridad aeronáutica de Kazajistán confirmó el accidente y señaló que la situación en el aeropuerto de Grozni era complicada debido a ataques de drones ucranianos en la región. Dmitri Yadrov, jefe de Rosaviatsia, declaró que el aeropuerto de Grozni había implementado planes de contingencia en respuesta a estas amenazas, lo que llevó a la salida inmediata de todas las aeronaves.
Los informes indican que el capitán del avión intentó aterrizar en Grozni dos veces antes de desviarse hacia Aktau. Azerbaijan Airlines anunció la suspensión de vuelos a siete ciudades rusas tras el accidente, a la espera de los resultados de la investigación.
El diputado azerbaiyano Rasim Musabekov mencionó que se está llevando a cabo una investigación para determinar si el avión fue alcanzado por fuego de defensa aérea ruso. Destacó que imágenes del avión mostraban daños compatibles con ataques de misiles de defensa aérea. Un funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que hay indicios de que un sistema ruso de defensa aérea pudo haber alcanzado el avión siniestrado.
Hasta ahora, ninguno de los países involucrados se ha pronunciado públicamente sobre la hipótesis de que la nave fue alcanzada cuando se acercaba a su destino en Rusia.