El 24 de diciembre de 2024, las nuevas autoridades establecidas en Siria declararon haber llegado a un acuerdo con todos los grupos armados del país para su disolución e integración bajo el control del Ministerio de Defensa. Esta decisión fue anunciada tras una reunión en Damasco con el líder de facto, Ahmed al Sharaa, y varios líderes de facciones, según informó la agencia estatal SANA.
Al Sharaa, quien asumió el poder tras la caída del régimen de Bashar al Assad, enfatizó la necesidad de control estatal sobre las armas, afirmando que no se permitiría que ninguna arma operara fuera de la supervisión gubernamental. Esta política se aplica, según se informa, a las facciones que operan en áreas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) lideradas por los kurdos.
Las imágenes compartidas por SANA y la cuenta de Telegram de las autoridades mostraron a Al Sharaa con líderes de varias facciones armadas, excluyendo notablemente a los representantes de las fuerzas kurdas en el noreste de Siria, que actualmente están comprometidos en combates contra remanentes del ISIS y milicias respaldadas por Turquía.
Una coalición de grupos rebeldes liderada por la facción islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) tomó el control de Damasco el 8 de diciembre, poniendo fin a más de dos décadas de gobierno de Assad. Al Sharaa, conocido anteriormente como Abu Mohamed Al Jolani, era el jefe militar de HTS.
El actual líder de HTS, Murhaf Abu Qasra, indicó la semana pasada que la próxima fase implica la disolución de las facciones armadas para formar una institución militar unificada. Esta nueva autoridad busca expandir su influencia en las regiones del noreste de Siria actualmente gobernadas por una administración kurda semiautónoma.
El conflicto sirio, que comenzó en 2011, ha dejado más de medio millón de muertos y ha fragmentado el país en áreas controladas por diversas facciones respaldadas por potencias regionales e internacionales.