Informes recientes destacan desafíos ambientales significativos que afectan los bosques en Serbia, Montenegro y Bosnia y Herzegovina. En Serbia, la Institución de Auditoría del Estado reveló que el país logró solo el 29,1% de su objetivo de cobertura forestal del 41,4% para 2020. La tala ilegal ha resultado en la destrucción de casi 88,000 metros cúbicos de madera, lo que equivale a daños de aproximadamente medio mil millones de dinares (alrededor de 4.2 millones de euros).
Eventos climáticos severos también han contribuido a la degradación forestal, con dos tormentas importantes el año pasado dañando cultivos de álamos en más de 1,500 hectáreas y bosques de robles en más de 10,000 hectáreas en Vojvodina. El profesor Milan Medarević señaló que los vientos fuertes tienen efectos negativos a largo plazo sobre tanto los árboles jóvenes como los maduros, con los esfuerzos de recuperación que se espera que duren hasta 2029.
En el sur de Serbia, el Parque Nacional Kopaonik enfrenta problemas continuos con la muerte de abetos, observada por primera vez en 2012. Los daños por la muerte de árboles de abeto este año se estiman en 12,462 metros cúbicos. El profesor Medarević indicó que la sequía del verano de 2024 se anticipa que agravará el estrés térmico en 2025, debilitando la inmunidad de los árboles y facilitando las infestaciones de escarabajos de corteza.
En Montenegro, donde el 70% del territorio está cubierto de bosques, los funcionarios informan que, si bien la muerte de árboles es una preocupación, los incendios forestales representan la mayor amenaza. Ranko Kankaraš del Ministerio de Agricultura declaró que una quinta parte de los bosques montenegrinos es susceptible a diversas formas de degradación, afectando principalmente a los bosques jóvenes. A diferencia de Serbia, no se han reportado nuevas enfermedades en los bosques montenegrinos.
En Bosnia y Herzegovina, la situación es similar a la de Serbia, con una tasa de reforestación más alta del 53%. Los bosques están amenazados por enfermedades y plagas, así como por sequías y tormentas. El profesor Zoran Govedar enfatizó la necesidad de que los nuevos bosques sean más resistentes a los extremos climáticos, abogando por la plantación de especies adecuadas a las condiciones locales para mejorar la adaptabilidad al cambio climático.