Miles de manifestantes marchan hacia Wellington, Nueva Zelanda, en oposición a un controvertido proyecto de ley que busca revisar el Tratado de Waitangi, de 184 años de antigüedad, que otorga derechos sobre la tierra a las tribus maoríes. El 15 de noviembre, aproximadamente 10,000 personas participaron en un hikoi, o marcha, a través de Rotorua, ondeando banderas maoríes mientras se dirigían hacia el sur, con planes de llegar a la capital el martes.
La legislación propuesta, presentada por el partido ACT Nueva Zelanda, tiene como objetivo redefinir el tratado y extender los derechos otorgados originalmente a las tribus maoríes a los ciudadanos no indígenas. Los críticos argumentan que este movimiento podría exacerbar las tensiones raciales y socavar los derechos de los pueblos indígenas, que representan alrededor del 20% de la población de Nueva Zelanda de 5.3 millones.
El proyecto de ley pasó su primera lectura en el Parlamento el 14 de noviembre, con un voto de 68 a favor y 54 en contra. Sin embargo, su futuro sigue siendo incierto, ya que socios clave de la coalición, incluidos el Partido Nacional y Nueva Zelanda Primero, solo lo apoyan para la lectura inicial para cumplir un acuerdo con ACT Nueva Zelanda.
Durante el debate parlamentario, la legisladora de 22 años Hana-Rawhiti Maipi-Clarke, del partido Te Pati Maori, protestó rompiendo una copia del proyecto de ley y liderando una danza haka tradicional, lo que provocó una breve suspensión de los procedimientos mientras el público se unía.
El primer ministro Christopher Luxon enfatizó la complejidad de los principios del tratado, que han sido debatidos durante casi dos siglos, mientras que el líder del ACT, David Seymour, acusó a los opositores de intentar incitar al miedo y la división.