El 31 de octubre de 2024, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) anunció una reducción del 8% en las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE para 2023. Esta disminución representa una de las caídas más pronunciadas en décadas, atribuida a una disminución en el uso de combustibles fósiles y un aumento en las fuentes de energía renovables.
La AEMA informó que las emisiones netas totales ahora están un 37% por debajo de los niveles de 1990, lo que indica un esfuerzo continuo hacia la neutralidad climática. El bloque, que es el cuarto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, vio que la energía renovable representó el 44,7% de la generación de electricidad, superando a los combustibles fósiles que alcanzaron el 32,5%.
La Comisión Europea destacó que esta reducción ha coincidido con un aumento del 68% en el PIB desde 1990, demostrando un desacoplamiento entre las emisiones y el crecimiento económico. La Comisión señaló que la trayectoria actual está en camino de cumplir el compromiso de la UE de reducir las emisiones en al menos un 55% para 2030.
A pesar de estos avances dentro de la UE, las concentraciones globales de gases de efecto invernadero han alcanzado niveles récord, y la Organización Meteorológica Mundial informó de aumentos continuos en los niveles de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso en 2023.