El 13 de octubre de 2024, las especulaciones sobre posibles ataques militares israelíes a instalaciones petroleras y nucleares iraníes en represalia por recientes ataques con cohetes han llevado a un aumento significativo en los precios del petróleo a nivel global. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu enfrenta una considerable presión interna, mientras que el presidente de EE. UU., Joe Biden, ha instado a la calma, sugiriendo que se deben considerar alternativas a la acción militar.
Tras los ataques iraníes a Israel, los precios del petróleo crudo Brent aumentaron un 17% en una semana, alcanzando los 81,16 dólares por barril. Sin embargo, los precios vieron una ligera disminución después de que Hezbollah, un aliado de Irán, indicó su disposición a cesar las hostilidades con Israel. Los analistas advierten que si Israel ataca la infraestructura petrolera clave de Irán, casi dos millones de barriles por día podrían desaparecer del mercado global, lo que genera temores de que los precios del petróleo podrían superar los 100 dólares por barril.
Los expertos destacan que Irán es uno de los mayores productores de petróleo del mundo, pero su economía se ve gravemente afectada por las sanciones internacionales debido a su programa nuclear. Las exportaciones de petróleo iranías alcanzaron en mayo un máximo de cinco años de 1,7 millones de barriles, siendo China el principal destinatario. Cualquier interrupción en las exportaciones de petróleo de Irán podría tener graves consecuencias para su economía, que ya enfrenta alta inflación y desempleo.
La isla de Kharg, hogar del principal terminal de exportación de petróleo de Irán, se considera un posible objetivo para ataques israelíes, ya que desempeña un papel crítico en las operaciones petroleras del país. Otros objetivos potenciales incluyen la refinería de Bandar Abbas y la refinería de Abadan, ambas cruciales para el suministro de petróleo de Irán. Los analistas sugieren que, si bien los ataques a estas refinerías pueden no aumentar drásticamente los precios del petróleo, podrían agravar el sufrimiento del pueblo iraní.
Los aumentos actuales en los precios del petróleo se están controlando gracias a la "oferta suficiente" en los mercados globales, pero cualquier escalada en el conflicto regional podría cambiar rápidamente esto. Irán ha amenazado con bloquear el estrecho de Ormuz, una ruta vital de transporte de petróleo, lo que podría complicar aún más las operaciones marítimas en la región.
Si bien algunos especulan que las tensiones en Oriente Medio podrían llevar a una crisis similar a la crisis del petróleo de la década de 1970, los expertos argumentan que el actual panorama energético global es diferente, con un aumento en la producción de otros países que mitiga los posibles impactos. Los analistas creen que un ataque israelí a los recursos económicos de Irán podría tener un efecto adverso en la economía mundial, especialmente si conduce a precios más altos de la energía.
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en EE. UU., los expertos sugieren que las medidas de represalia de Israel pueden ser más simbólicas, con el fin de evitar una escalada que podría provocar un conflicto regional o una intervención de EE. UU. La falta de comunicación entre Irán e Israel aumenta el riesgo de errores de cálculo, lo que hace que la situación sea precaria.