El 13 de octubre de 2024, el Primer Ministro polaco Donald Tusk anunció planes para suspender temporalmente el derecho de asilo en respuesta a un aumento de cruces ilegales en la frontera con Bielorrusia. Esta medida forma parte de una nueva estrategia migratoria destinada a controlar la afluencia de migrantes, principalmente de Oriente Medio y África, que intentan ingresar a la Unión Europea a través de Polonia.
Tusk, hablando en un congreso de su Coalición Cívica, enfatizó la necesidad de una lucha 'implacable' contra la inmigración ilegal y declaró que el gobierno recuperará el control total sobre las entradas fronterizas. Acusó a Bielorrusia y Rusia de orquestar un 'ataque híbrido' facilitando estos cruces, que, según él, explotan el sistema de asilo.
El anuncio del Primer Ministro se produce tras una creciente presión sobre las fronteras de Polonia desde 2021, con acusaciones contra las autoridades bielorrusas de atraer migrantes a la frontera. La administración de Tusk planea presentar la estrategia migratoria detallada al gabinete, que tiene como objetivo minimizar los cruces ilegales, una política que ha ganado un apoyo público significativo pero ha enfrentado críticas de organizaciones de derechos humanos.
En un desarrollo relacionado, Polonia ha asignado 2.3 mil millones de euros para fortalecer su defensa fronteriza, subrayando aún más el compromiso del gobierno de frenar la migración ilegal.