El Parlamento Europeo está a punto de aprobar un préstamo de 35 mil millones de euros (38 mil millones de dólares) a Ucrania, que forma parte de una iniciativa financiera más amplia de 50 mil millones de dólares acordada por las naciones del G7. Esta decisión llega en un momento en que Kyiv busca urgentemente fondos para estabilizar su economía, apoyar a su ejército y mantener su red eléctrica en medio de los bombardeos continuos de las fuerzas rusas.
El acuerdo de préstamo fue alcanzado por los enviados de la UE en una reunión en Bruselas, y se espera que el Parlamento Europeo lo ratifique más adelante en octubre, permitiendo el desembolso en 2024. Este financiamiento está respaldado por los beneficios generados por los activos congelados de la banca central rusa, que fueron inmovilizados tras la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022.
La UE ha congelado aproximadamente 235 mil millones de dólares en activos rusos, de los cuales aproximadamente el 90% están en manos de Euroclear, una organización de depósitos internacional con sede en Bélgica. El plan del G7 busca utilizar los intereses de estos activos inmovilizados para proporcionar más asistencia financiera a Ucrania, reemplazando un esquema previo de la UE que canalizó 1.7 mil millones de dólares a Kyiv en julio.
Sin embargo, la implementación del préstamo del G7 ha enfrentado retrasos, principalmente porque Estados Unidos busca garantías de que los activos rusos permanecerán congelados. Actualmente, los Estados miembros de la UE deben acordar cada seis meses extender el congelamiento de activos, una propuesta que Hungría ha rechazado, argumentando que prefiere esperar hasta después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.