El 26 de septiembre de 2024, los principales institutos económicos de Alemania proyectaron una ligera contracción de la economía, pronosticando una disminución del 0,1% en el Producto Interno Bruto (PIB) para el año. Esto marca el segundo año consecutivo de crecimiento negativo para Alemania, una situación que no se ha visto en dos décadas.
La previsión fue emitida conjuntamente por cinco importantes institutos económicos, incluido el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) en Berlín y el Instituto Ifo en Múnich. Las predicciones revisadas llegan mientras el gobierno alemán se prepara para actualizar su propia perspectiva económica.
Si bien se anticipa una recuperación en 2025 y 2026, con tasas de crecimiento esperadas del 0,8% y 1,3% respectivamente, las condiciones actuales reflejan las tasas de crecimiento más bajas entre las principales naciones industriales, como señaló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Los expertos económicos atribuyen la caída no solo a la recesión, sino también a cambios estructurales, incluido el alejamiento del carbón, la digitalización, los cambios demográficos y la creciente competencia de las empresas chinas. Hay una creciente preocupación entre las empresas, muchas de las cuales buscan asistencia debido a quiebras inminentes, impulsadas por altos costos de energía y desafíos burocráticos.
Las perspectivas económicas se complican aún más por las incertidumbres geopolíticas y el aumento de las tasas de interés, lo que afecta el gasto de los consumidores, ya que los hogares eligen ahorrar en lugar de gastar. El presidente de la Cámara de Comercio Alemana, Peter Adrian, enfatizó la necesidad de una acción política inmediata para restaurar la competitividad a través de precios de energía y impuestos más bajos.
En respuesta a estos desafíos persistentes, el gobierno alemán había presentado anteriormente la 'Iniciativa para el Crecimiento', un paquete de 49 medidas destinadas a estimular la actividad económica, aunque los expertos advierten que muchas de estas medidas son vagas o requieren un tiempo considerable para implementarse. Las disputas continuas entre los partidos de la coalición sobre la política económica agravan aún más la situación, aumentando las preocupaciones sobre la capacidad del gobierno para responder de manera efectiva a la crisis.