Mientras Alemania se prepara para las elecciones federales anticipadas de febrero, los problemas económicos del país están eclipsando los esfuerzos de protección del clima. Friedrich Merz, favorito para el puesto de Canciller, declaró que solo cerraría las centrales de carbón y gas si no perjudica a la industria alemana. Incluso los partidos típicamente pro-clima se muestran notablemente reservados sobre el tema.
La economía alemana se ha contraío durante dos años consecutivos, afectada por los altos precios de la energía y el estancamiento de la demanda. La industria automotriz, un pilar económico tradicional, ha anunciado despidos masivos debido a la disminución de las ventas y las ganancias. Los expertos atribuyen los problemas económicos a problemas estructurales, incluida la dependencia del gas ruso y la lenta adaptación a tendencias como la movilidad eléctrica.
Mientras tanto, el Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay abogó por la ratificación del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur en Bruselas, con el objetivo de enviar una señal contundente contra las medidas proteccionistas de Trump. El acuerdo, finalizado en diciembre después de dos décadas de negociaciones, crearía un área comercial que abarca la UE y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Sin embargo, la ratificación enfrenta la resistencia de los agricultores europeos y es poco probable que entre en vigor antes de 2026.