Una investigación reciente liderada por científicos planetarios de la Universidad de Hawái en Mānoa ha revelado nuevas perspectivas sobre Titán, la luna más grande de Saturno, que es el único otro cuerpo celeste conocido con atmósfera y líquidos en la superficie. El estudio publicado en The Planetary Science Journal indica que el gas metano podría estar atrapado dentro de una gruesa corteza de hielo en Titán, influyendo en su atmósfera rica en metano y en la formación de sus cráteres de impacto.
El equipo de investigación, que incluye a Lauren Schurmeier y Gwendolyn Brouwer, utilizó datos de la NASA para encontrar que los cráteres de impacto de Titán son más superficiales de lo esperado, con solo 90 identificados. Esto sugiere que hay un proceso geológico único en juego, provocando cambios topográficos rápidos.
Mediante modelado por computadora, los investigadores estimaron el grosor de la corteza de clatrato de metano de Titán entre 5 y 10 kilómetros (3 a 6 millas). Se cree que esta corteza aísla el interior de Titán, manteniéndolo cálido y potencialmente permitiendo actividad geológica.
Comprender el grosor de esta corteza es crucial para explicar la atmósfera rica en metano de Titán y su ciclo de carbono. Los hallazgos sugieren que Titán podría servir como un laboratorio natural para estudiar el papel del metano en los procesos climáticos, con implicaciones para comprender mecanismos similares en la Tierra.
La exploración futura está en el horizonte, con la misión Dragonfly de la NASA programada para lanzarse en julio de 2028, con el objetivo de realizar investigaciones detalladas sobre la superficie de Titán y sus características geológicas.