El caldo de verduras es una base versátil y esencial en la cocina, ideal como un plato de invierno reconfortante o un ingrediente clave para risottos y sopas. Para prepararlo perfectamente:
Utiliza verduras frescas de temporada, preferiblemente locales.
Los ingredientes esenciales incluyen zanahorias, apio y cebollas, complementados con patatas, tomates o calabacín. Equilibra los sabores combinando verduras con diferentes intensidades.
Realza el caldo con especias y hierbas como hojas de laurel o granos de pimienta, o ralladura de cítricos.
Después de cocinar, cuela el caldo y guárdalo en el refrigerador o congelador.
Evita errores comunes como cortar las verduras demasiado pequeñas o no espumar el caldo durante la cocción.
Las verduras sobrantes se pueden hacer puré para salsas o utilizar en hamburguesas vegetales. El caldo se puede guardar en el refrigerador durante 3-4 días o congelar para su uso posterior.