El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha destituido a Maurene Comey, fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, conocida por su participación en casos de alto perfil como los de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell. La decisión, tomada el 16 de julio de 2025, ha generado un intenso debate sobre la independencia judicial y la posible influencia política en el sistema de justicia.
Comey, hija del exdirector del FBI James Comey, fue informada de su despido mediante una carta que citaba el Artículo II de la Constitución de EE. UU., que otorga al presidente la autoridad para destituir a funcionarios federales. Aunque el Departamento de Justicia no ha proporcionado detalles específicos sobre las razones de su despido, la medida se produce en un contexto de creciente escrutinio público sobre la gestión de casos sensibles.
La destitución de Comey se enmarca en una serie de despidos de funcionarios del Departamento de Justicia que han trabajado en investigaciones relacionadas con figuras políticas prominentes, incluyendo al expresidente Donald Trump. Estos despidos han sido interpretados por algunos como una señal de politización dentro del Departamento y han suscitado preocupaciones sobre la integridad y la imparcialidad del sistema judicial.
La participación de Comey en casos de alto perfil, como la acusación contra Sean "Diddy" Combs por tráfico sexual y la exitosa condena de Ghislaine Maxwell por tráfico sexual, ha sido ampliamente reconocida. Su despido ha sido criticado por defensores de la independencia judicial, quienes argumentan que tales acciones podrían socavar la confianza pública en la imparcialidad del sistema legal.
La comunidad legal y la opinión pública continúan observando de cerca las implicaciones de esta decisión, que podría tener repercusiones significativas en la percepción de la justicia y la equidad en el país.