Carvana, el minorista de autos usados en línea, está envuelto en un gran escándalo tras un informe de Hindenburg Research que alega que la compañía está involucrada en prácticas contables fraudulentas similares al escándalo de Enron. El informe sugiere que Carvana ha estado inflando artificialmente sus métricas de rendimiento a través de maniobras financieras cuestionables, incluyendo el reconocimiento de ingresos no justificados y la realización de transacciones no divulgadas con DriveTime, una compañía propiedad del padre del CEO Ernie Garcia III.
Las revelaciones clave del informe indican que Carvana ha estado vendiendo préstamos automotrices a compradores no divulgados, con especulaciones de que Cerberus Capital podría ser uno de ellos. Además, la compañía ha emitido más de 15,4 mil millones de dólares en valores respaldados por activos mientras mantiene una participación en estos activos, lo que plantea preocupaciones sobre la calidad de los préstamos que se están otorgando.
Antiguos empleados han revelado que Carvana ha estado bajando sus estándares de calidad de vehículos y manipulando los resultados financieros mediante la sincronización de las ventas de préstamos, lo que ha llevado a cifras de ganancias infladas. Ya se han presentado acciones legales por parte de fondos de pensiones que alegan 'negocios simulados' entre Carvana y DriveTime. Las implicaciones de estas revelaciones podrían ser graves, potencialmente conduciendo a más investigaciones y repercusiones legales para la empresa y sus ejecutivos.
A medida que se desarrolla el escándalo, la integridad de las prácticas financieras de Carvana está bajo escrutinio, con investigadores describiendo la situación como 'un fraude contable para la historia'.