En una batalla legal significativa, Donald Trump está tratando de evitar la divulgación de pruebas críticas recopiladas por el consejero especial Jack Smith sobre sus esfuerzos para anular los resultados de las elecciones de 2020. La amplia interpretación de la inmunidad presidencial por parte de la Corte Suprema de EE. UU. ha protegido hasta ahora a Trump de revelar las extensas pruebas en su contra, pero las apuestas están aumentando a medida que el caso regresa a la jueza del Tribunal de Distrito de EE. UU., Tanya Chutkan.
El gobierno ha presentado un escrito sellado de 180 páginas, argumentando que los cargos contra Trump no están protegidos por la inmunidad. Buscan hacer público gran parte de este escrito, lo que podría revelar un tesoro de información perjudicial, incluidas las declaraciones de testigos clave como el exvicepresidente Mike Pence y el exjefe de gabinete de la Casa Blanca Mark Meadows.
El desafío inmediato para la jueza Chutkan es decidir cuántas de estas pruebas deben hacerse públicas. Mientras que el gobierno sostiene que solo las identidades de los testigos no acusados deberían permanecer confidenciales, la divulgación del escrito podría tener un impacto significativo en las perspectivas electorales de Trump.
Se espera que el equipo legal de Trump argumente que la divulgación de esta información violaría las directrices de la Corte Suprema sobre la inmunidad presidencial. Sin embargo, la opinión de la corte no aborda directamente la divulgación pública de pruebas. A medida que el reloj legal avanza hacia las elecciones, la estrategia de Trump parece estar dirigida a retrasar la publicación de estas pruebas perjudiciales, potencialmente socavando el derecho de los votantes a saber.
A medida que la situación evoluciona, queda por ver si los movimientos legales de Trump tendrán éxito en mantener esta información crítica fuera del dominio público antes de las elecciones.