Los recientes avances en la tecnología de medición del tiempo podrían redefinir el segundo, una unidad de medida crítica para la vida moderna, incluidos el GPS y los sistemas de comunicación. En septiembre de 2024, investigadores en Estados Unidos lograron un hito significativo al desarrollar un reloj nuclear basado en el torio-229, que mide las transiciones que ocurren dentro del núcleo de un átomo.
Tradicionalmente, el segundo ha sido definido desde 1967 por las transiciones de átomos de cesio-133, que ocurren 9,192,631,770 veces por segundo. Sin embargo, el nuevo reloj nuclear promete una frecuencia aproximadamente un millón de veces mayor que la del cesio. Este salto en precisión podría mejorar la exactitud del GPS y permitir a los científicos investigar procesos extremadamente rápidos con un detalle sin precedentes.
El camino hacia este avance implicó superar obstáculos tecnológicos sustanciales, particularmente en la creación de peines de frecuencia capaces de medir las rápidas transiciones en el núcleo del torio utilizando luz ultravioleta. Esta innovación no solo allana el camino para una medición del tiempo más precisa, sino que también tiene implicaciones potenciales para teorías fundamentales en física, como la relatividad general y la mecánica cuántica.
A medida que continúa la búsqueda de precisión, la era del segundo de cesio podría pronto llegar a su fin, dando paso a una nueva era de medición del tiempo que podría transformar varios campos científicos y tecnológicos.