Investigadores de la Fundación Champalimaud han descubierto que el sistema inmunitario desempeña un papel crucial en la regulación de los niveles de azúcar en sangre, lo que podría llevar a nuevos tratamientos para la diabetes, la obesidad y el cáncer. Este hallazgo, publicado en Science, desplaza el enfoque de la inmunología de la lucha contra infecciones a la comprensión de sus funciones más amplias.
Tradicionalmente, la regulación del azúcar en sangre se ha atribuido a las hormonas insulina y glucagón producidas por el páncreas. La insulina disminuye el azúcar en sangre al promover la absorción celular, mientras que el glucagón lo aumenta al señalar al hígado que libere glucosa almacenada.
El estudio revela que las interacciones inmunitarias, particularmente entre los sistemas nervioso e inmunitario, contribuyen a la regulación del azúcar en sangre. Experimentos con ratones genéticamente modificados que carecen de un tipo específico de célula inmunitaria, ILC2, mostraron que estos ratones no podían producir suficiente glucagón, lo que resultaba en niveles de glucosa peligrosamente bajos.
El trasplante de células ILC2 en estos ratones restauró niveles normales de azúcar en sangre, confirmando su papel en la estabilización de la glucosa durante la escasez de energía. Los investigadores inicialmente creían que el sistema inmunitario regulaba el glucagón en el hígado. Sin embargo, encontraron que las células inmunitarias viajan al páncreas, liberando citoquinas que instruyen a las células pancreáticas a producir glucagón.
Bloquear estas citoquinas llevó a una disminución de los niveles de glucagón, subrayando su importancia en el mantenimiento del equilibrio del azúcar en sangre. Este estudio es significativo, ya que demuestra la primera evidencia de un circuito nervioso-inmunitario-hormonal que trabaja en conjunto para producir glucosa cuando la energía es baja.
Las implicaciones de esta investigación se extienden a la comprensión del cáncer de páncreas y hígado, así como a la prevención de la obesidad y la diabetes. La comunicación entre los sistemas del cuerpo observada en ratones también podría ocurrir en humanos durante el ayuno o el ejercicio, allanando el camino para terapias mejoradas en oncología, hormonales y metabólicas.