Las fuerzas navales francesas y arqueólogos han descubierto un barco mercante único de la época del Renacimiento frente a la costa de Saint-Tropez, a una profundidad de 2.567 metros. Mide unos 30 metros de eslora y se ha atribuido tentativamente a origen italiano, probablemente de la región de Liguria. A bordo se encontraron aproximadamente 200 jarras de cerámica de producción local, así como vajilla de vidrio y cerámica, dos anclas de plomo, varillas de hierro, elementos de artillería y seis platos vidriados de color amarillo.
Los artefactos están sorprendentemente bien conservados: muchos objetos permanecieron intactos después de más de 400 años bajo el agua. Los investigadores califican este descubrimiento como una "cápsula del tiempo" que proporciona una visión directa del comercio marítimo del Renacimiento y las conexiones entre Italia y otras regiones del Mediterráneo.
Entre los hallazgos también hay objetos modernos, incluidas botellas de plástico, redes de pesca y dos latas de aluminio. Los científicos sugieren que fueron arrastrados por las corrientes oceánicas, lo que pone de manifiesto el problema de la contaminación incluso a esas profundidades.
El profesor Jean-Marc Ponti señaló: “Estamos presenciando no solo riqueza histórica, sino también un rastro inquietante de la actividad humana. La contaminación puede dañar los sitios arqueológicos, y debemos actuar con rapidez”. Los especialistas pretenden analizar los hallazgos y crear un modelo 3D del barco hundido para su estudio sin intervención física.
Este descubrimiento se convirtió en el más grande jamás registrado en aguas territoriales francesas. Combina una singular importancia arqueológica con un apremiante desafío ambiental, recordándonos las huellas que la civilización deja incluso en los lugares más inaccesibles.