Un estudio reciente que analiza el ADN medieval ofrece una fascinante visión del pasado, revelando patrones de migración inesperados, la presencia de enfermedades y la composición genética de las poblaciones europeas. Esta investigación proporciona información valiosa sobre eventos históricos, la dinámica de la población y la propagación de enfermedades, enriqueciendo nuestra comprensión de la historia humana.
Los científicos extrajeron información genética de 400 enterramientos medievales, que abarcan desde el siglo VIII al XVIII. Este análisis a gran escala de ADN de la época medieval ha ayudado a aclarar cómo han cambiado las poblaciones en diferentes regiones a lo largo de cientos de años. El estudio se llevó a cabo en Sint-Truiden, Bélgica, donde las excavaciones descubrieron aproximadamente 3.000 esqueletos.
Los investigadores encontraron resultados sorprendentes, incluidos detalles de las primeras migraciones y la detección inesperada de enfermedades en contextos del siglo XIV. De los primeros enterramientos medievales, los expertos identificaron individuos cuyos perfiles coincidían con poblaciones de Escocia o Irlanda. Este hallazgo desafía la creencia anterior de una movilidad limitada en la región durante la Alta Edad Media.
El estudio también reveló una disminución de la diversidad genética en Sint-Truiden después del siglo XI, volviéndose la población local más homogénea. Los investigadores observaron distintas zonas de enterramiento, con personas enterradas más cerca del área de la abadía que portaban una proporción ligeramente mayor de ascendencia de fuentes galas. Además, la identificación de Yersinia pestis, la bacteria causante de la peste, en cinco individuos, a pesar de la ausencia de registros históricos, destaca las limitaciones de la evidencia escrita.
La presencia de individuos de origen escocés o irlandés se alinea con las ideas sobre las peregrinaciones medievales o los artesanos especializados que se abrían camino por los Países Bajos. La población local probablemente portaba una mezcla de antepasados germánicos y galos, un equilibrio que se mantuvo estable a lo largo de los siglos. Estos hallazgos sugieren que las sociedades medievales eran más cosmopolitas de lo que se creía.
Los estudios de ADN antiguo ofrecen una ventana a la salud, la migración y la identidad local. Un conjunto de datos tan grande de una ciudad brinda a historiadores y antropólogos una visión más clara de la vida cotidiana, la exposición a enfermedades y los patrones sociales. La revelación de que la peste existió en el siglo XIV subraya los límites de la evidencia escrita. Esta investigación destaca cómo los cambios a nivel de población ocurren lentamente.
Esta investigación subraya el valor del análisis genético para descubrir capítulos ocultos de la historia. Proporciona una comprensión más profunda de los movimientos de población, los brotes de enfermedades y la compleja interacción entre la genética y la cultura. Tales descubrimientos no solo enriquecen nuestro conocimiento histórico, sino que también brindan información valiosa sobre la evolución de las poblaciones humanas y el impacto de los eventos históricos en nuestra herencia genética.