Un nuevo estudio desafía la visión tradicional de la enfermedad de Alzheimer como un trastorno únicamente cerebral. Investigadores del Baylor College of Medicine y otras instituciones han descubierto que el Alzheimer impacta a todo el cuerpo. El estudio utilizó moscas de la fruta para examinar las consecuencias sistémicas de la patología del Alzheimer.
La investigación se centró en las proteínas tóxicas Amiloide beta 42 (Aβ42) y Tau, que son características distintivas del Alzheimer. Los científicos modificaron genéticamente moscas de la fruta para que expresaran proteínas humanas Aβ42 o Tau en células neuronales. Esto les permitió estudiar los efectos de estas proteínas en diferentes tejidos.
El equipo creó un Atlas de Células de Mosca de la Enfermedad de Alzheimer utilizando secuenciación de ARN de núcleo único (snRNA-seq). Este atlas perfiló los transcriptomas de 219 tipos de células en las cabezas y cuerpos de las moscas. El atlas reveló cómo las proteínas del Alzheimer interrumpen la función celular más allá de las neuronas.
La expresión de Aβ42 afectó principalmente al sistema nervioso. Las neuronas sensoriales para la visión, la audición y el olfato fueron particularmente vulnerables. La pérdida de neuronas olfativas se alinea con el síntoma temprano de la reducción del sentido del olfato en pacientes humanos con Alzheimer.
La expresión de la proteína Tau causó cambios en los tejidos periféricos, incluido el metabolismo de las grasas y la digestión. El estudio demostró que Tau aceleró las características del envejecimiento, como el procesamiento deficiente de nutrientes. Tau también puede interrumpir la comunicación entre el cerebro y los tejidos distantes.
El Atlas de Células de Mosca de la Enfermedad de Alzheimer es un recurso valioso para la investigación de la neurodegeneración. Permite a los investigadores explorar la conexión entre la patología cerebral y otros sistemas de órganos. Este conocimiento es crucial para desarrollar nuevos biomarcadores y terapias que se dirijan a todo el cuerpo.
El estudio destaca el poder de utilizar moscas de la fruta como modelo para enfermedades humanas complejas. El equipo de investigación incluyó a expertos del Baylor College of Medicine, el Texas Children's Hospital y otras universidades. Su colaboración combinó la genética molecular, la neurobiología y la biología computacional.
Los hallazgos sugieren el desarrollo de terapias sistémicas para el Alzheimer. Dirigirse a los tejidos periféricos o a la señalización cerebro-cuerpo podría mitigar el deterioro cognitivo. La creación de perfiles de tipos de células vulnerables también puede conducir a un diagnóstico temprano a través de biomarcadores.
Esta investigación remodela la comprensión de la enfermedad de Alzheimer. Al revelar los impactos sistémicos de las proteínas Aβ42 y Tau, el estudio allana el camino para enfoques holísticos del diagnóstico y la terapéutica. Los conocimientos prometen nuevas estrategias para abordar el Alzheimer como una enfermedad multisistémica.