El 23 de enero de 2025, los astrónomos realizaron una observación revolucionaria de un agujero negro supermasivo en la galaxia 1ES 1927+654, ubicada a aproximadamente 270 millones de años luz de la Tierra. Por primera vez, fueron testigos de la expulsión de un chorro de plasma que mide un año luz de longitud, viajando a un tercio de la velocidad de la luz.
Esta estructura consiste en dos chorros, cada uno de aproximadamente 0.5 años luz de ancho. El estudio que detalla este descubrimiento fue publicado en The Astrophysical Journal Letters.
El interés en el agujero negro supermasivo comenzó en 2018, cuando los astrónomos notaron un aumento en el brillo en luz visible, ultravioleta y de rayos X a su alrededor, sugiriendo la aparición de un chorro relativista. Después de un período de inactividad, telescopios de radio terrestres capturaron la formación del chorro en tiempo real el año pasado.
El agujero negro, con una masa 1.4 mil millones de veces la del Sol, es conocido por producir chorros poderosos que pueden extenderse hasta 23 millones de años luz. Estos chorros son un fenómeno común entre los agujeros negros supermasivos que consumen activamente la materia circundante. Los campos magnéticos en los polos aceleran partículas, resultando en su expulsión al espacio.
Aunque los astrónomos han observado muchos chorros relativistas anteriormente, esta es la primera vez que presencian uno siendo expulsado en tiempo real. Los investigadores creen que la erupción comenzó antes, pero fue oscurecida por gas caliente que luego se disipó.
Este hallazgo podría mejorar nuestra comprensión de cómo se desarrollan inicialmente los chorros poderosos de agujeros negros supermasivos.