El 22 de enero, los científicos observaron una rara erupción de plasma negro en el Sol, que duró tres horas. Este fenómeno fue reportado por el Laboratorio de Astronomía Solar del Instituto de Investigación Espacial (IKI) de la Academia de Ciencias de Rusia.
Se cree que la erupción fue causada por un prominente frío que contenía una cantidad significativa de hidrógeno neutro, expulsado y dispersado en la corona solar durante una llamarada solar. El color negro del plasma se atribuye al hidrógeno neutro, que absorbe la radiación de ondas cortas.
Según Sergey Bogachev, jefe del Laboratorio de Astronomía Solar en IKI, este evento es notable por su apariencia inusual en lugar de por sus niveles de energía, que fueron clasificados como bajos. Subrayó que la erupción no tuvo impacto en las previsiones del clima espacial, ya que la mayoría del material cayó de nuevo al Sol.