MÜNCHEN - La exploración y utilización de la Luna como recurso para los viajes espaciales está cobrando gran relevancia. Varias naciones y empresas privadas planean explotar la Luna no solo como un trampolín para futuras misiones espaciales, sino también para aprovechar sus recursos.
El concepto de usar la Luna como fuente de materiales valiosos ya no es ciencia ficción. Cada vez más países y empresas privadas están enfocándose en la superficie lunar para extraer recursos como tierras raras y helio-3. Estos materiales podrían aliviar los recursos en declive de la Tierra y servir como base para una economía lunar próspera.
El transporte de bienes esenciales como agua y combustible de la Tierra a la Luna es extremadamente costoso, con un litro de agua que puede costar hasta 50,000 euros. Por lo tanto, la extracción de agua directamente en la Luna es de gran interés. El hielo y otros materiales que contienen agua podrían ser extraídos y utilizados como agua potable o para el aislamiento de edificios para proteger contra la radiación espacial dañina.
La posibilidad de descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno presenta más oportunidades. Estos elementos podrían servir como fuentes de energía o aire respirable, permitiendo que las naves espaciales se reposteen en el lugar. Esto facilitaría no solo el viaje de regreso a la Tierra, sino también misiones en el espacio profundo.
Otro aspecto de la minería lunar es la utilización del regolito lunar, que podría ser procesado en ladrillos para construir edificios y carreteras en la Luna. Tanto EE. UU. como China están investigando intensamente tecnologías para realizar esta visión.
Se presta especial atención a la extracción de helio-3, un isótopo que se encuentra en cantidades mínimas en la Tierra. El helio-3 podría proporcionar una fuente de energía limpia para satisfacer la creciente demanda energética de la Tierra. La empresa espacial privada Interlune planea comenzar la minería de helio-3 para 2030, con la primera misión de exploración programada para 2026.
Sin embargo, la minería lunar también presenta desafíos. La falta de una atmósfera permite que el polvo se disperse ampliamente, lo que podría causar cambios visibles en la superficie lunar. Controlar el polvo lunar será un factor crucial para prácticas mineras sostenibles.
Las condiciones de trabajo para los mineros en la Luna también son desafiantes. La baja gravedad puede presentar riesgos para la salud, como la pérdida de hueso y músculo, mientras que la exposición a la radiación cósmica aumenta el riesgo de varios tipos de cáncer. El aislamiento y el estrés psicológico son factores adicionales que deben considerarse.
La supervisión de los derechos de los trabajadores y las normas de seguridad desde la Tierra podría complicar la aplicación. El astrobiologo británico Charles S. Cockell advierte sobre el potencial de tiranía en el espacio, ya que individuos poderosos podrían aprovechar la situación para presionar a los trabajadores.