En 2024, se produjeron desarrollos significativos en la exploración espacial y la tecnología en varios países, marcando un año crucial para las iniciativas espaciales globales.
El 4 de febrero, el astronauta ruso Oleg Kononenko estableció un nuevo récord mundial por el tiempo acumulado en el espacio, superando el récord anterior de 878 días. El 5 de junio, se convirtió en la primera persona en pasar un total de 1,000 días en el espacio cercano a la Tierra, concluyendo su misión con un impresionante total de 1,110 días.
Rusia también logró un hito en la tecnología de cohetes pesados con el exitoso lanzamiento de prueba del cohete Angara-A5 el 11 de abril. Este cohete de 54.5 metros y 773 toneladas demostró su capacidad para entregar cargas útiles de aproximadamente 24.5 toneladas a la órbita, consolidando la posición de Rusia en el sector espacial.
En Estados Unidos, los descubrimientos en la exploración lunar y planetaria fueron notables. Investigaciones de la Universidad de Maryland revelaron que la Luna se está encogiendo gradualmente, lo que podría provocar terremotos lunares que amenazarían futuras exploraciones humanas. Además, los datos de la sonda Cassini indicaron la presencia de un océano subsuperficial en la luna Encélado de Saturno, mientras que los científicos detectaron moléculas de agua en dos asteroides.
Los astrónomos estadounidenses descubrieron el par de agujeros negros supermasivos más pesado conocido, con un peso de 28 mil millones de masas solares, y realizaron mediciones precisas del universo en expansión, contribuyendo con datos valiosos a la cosmología.
El proyecto Starship de SpaceX también hizo titulares al ser reconocido como uno de los diez principales avances científicos del año. En septiembre, la misión Polaris Dawn logró la primera caminata espacial comercial, avanzando aún más en el sector espacial comercial.
En el Reino Unido, los astrónomos descubrieron nuevos tipos de estrellas en el centro de la Vía Láctea, y el Telescopio Espacial James Webb identificó el agujero negro más antiguo conocido, que data de solo 400 millones de años después del Big Bang.
Francia inició el proyecto Carioqa, que tiene como objetivo desplegar un acelerómetro cuántico en el espacio para 2030 para crear mapas de gravedad detallados de la Tierra. Esta tecnología innovadora podría mejorar las predicciones de desastres naturales.
Alemania avanzó en la tecnología de satélites, lanzando satélites de observación de la Tierra y desarrollando un sistema de mini-satélites para recoger desechos espaciales.
Japón logró aterrizar su módulo lunar SLIM en la Luna, marcando un logro significativo en la exploración lunar. El país también lanzó su cohete H3, mejorando sus capacidades para futuras misiones.
Corea del Sur estableció la Administración Aeroespacial de Corea e inició una segunda fase de su proyecto de exploración lunar, con el objetivo de aterrizar en la Luna para 2032.
Sudáfrica colaboró con la NASA para desarrollar infraestructura de exploración lunar y de espacio profundo, mientras que también inauguró una instalación de lanzamiento de cohetes suborbitales para investigaciones científicas.
Israel firmó un acuerdo de fabricación de satélites por valor de 1.000 millones de dólares con Marruecos, mientras también abordó desafíos con sus propios satélites de reconocimiento. El país también trabaja con la NASA para formar a su primera astronauta femenina.