El 17 de diciembre de 2024, una poderosa eyección de masa coronal (CME) se produjo a partir de una mancha solar ubicada en el lado opuesto del Sol, evitando que la Tierra sufriera potenciales tormentas geomagnéticas. Los expertos sugieren que, de haber estado esta CME dirigida hacia nuestro planeta, podría haber desencadenado una de las tormentas geomagnéticas más fuertes en décadas, con efectos similares al histórico Evento Carrington de 1859, que causó interrupciones generalizadas en los sistemas telegráficos.
La llamarada solar, registrada a una velocidad de 3,161 kilómetros por segundo—aproximadamente el 1% de la velocidad de la luz—habría alcanzado la Tierra en unas 18 horas, significativamente más rápido que el viento solar típico, que generalmente tarda un par de días. La naturaleza expansiva de esta CME fue capturada por el coronógrafo LASCO a bordo de la nave SOHO, ilustrando su dramática liberación de energía.
El Dr. Ryan French, astrofísico solar en el Observatorio Solar Nacional del Reino Unido, explicó que la mancha solar responsable de este evento permanece en el lado lejano del Sol, lo que hace imposible evaluar su potencial para la actividad futura. Las manchas solares son áreas más frías y oscuras en la superficie solar, y sus campos magnéticos asociados pueden llevar a explosiones de energía cuando se reconectan—un proceso conocido como reconexión magnética.
Aunque la CME reciente evitó la Tierra, la mancha solar pronto rotará a la vista, aumentando la posibilidad de futuros eventos solares. El Dr. French advierte que, aunque tales eventos son estadísticamente poco probables de alcanzar una intensidad de 'nivel Carrington', aún pueden interrumpir la infraestructura tecnológica. Por ejemplo, una CME similar en 2003 causó cortes de energía en Sudáfrica y Suecia, lo que resalta los riesgos asociados con la actividad solar durante la fase de máximo solar.
A medida que el Sol se acerca a su máxima actividad, se espera que la frecuencia de las llamaradas solares y las CMEs aumente, lo que podría llevar a tormentas geomagnéticas y auroras en latitudes más bajas de lo habitual.