Investigaciones recientes indican que Miranda, una luna de Urano, probablemente alberga un océano subsuperficial, lo que plantea la posibilidad de vida extraterrestre. Un estudio publicado en The Planetary Science Journal por el astrónomo Caleb Strong de la Universidad de Dakota del Norte reveló hallazgos inesperados sobre la estructura interna de la luna, describiéndola como 'rara.'
Strong enfatizó que, aunque la presencia de un océano es intrigante, es prematuro concluir que apoya la vida, señalando la necesidad de más investigaciones sobre Miranda y el sistema de Urano.
Otro estudio publicado en Nature Astronomy se centró en la magnetosfera de Urano, revelando que lecturas anteriores de Voyager 2 podrían haber sido influenciadas por un evento de viento solar que comprimió la magnetosfera justo antes del sobrevuelo de la nave. Jamie Jasinski del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA declaró que este descubrimiento altera la comprensión del entorno extremo de Urano, que anteriormente se pensaba dominado por cinturones de radiación intensos.
Los hallazgos sugieren que las lunas de Urano, incluida Miranda, podrían no ser inertes, como se había especulado anteriormente. Los investigadores también notaron que si Voyager 2 hubiera llegado antes, podría haber registrado mediciones diferentes, lo que podría haber alterado las conclusiones extraídas de sus datos.
Además, un tercer estudio en los Proceedings of the National Academy of Sciences propuso que la superficie de Urano consiste en materiales en capas que no se mezclan, similar al aceite y al agua. Este fenómeno contribuye al campo magnético desordenado del planeta, que difiere significativamente del de la Tierra.
Dado que las observaciones de Urano siguen siendo desafiantes debido a su distancia, estos estudios mejoran la comprensión de este enigmático planeta y sus lunas, allanando el camino para futuras exploraciones.