Los superordenadores de la NASA están desvelando secretos de fenómenos solares complejos, proporcionando un nivel de detalle sin precedentes y conocimientos sobre la dinámica del Sol. Los investigadores utilizan datos de sondas espaciales activas para crear modelos realistas de plasma solar, simulando diversos eventos observables.
El trabajo, dirigido por Irina Kitiashvili del Centro de Investigación Ames de la NASA, demuestra el poder de los movimientos turbulentos dentro del interior del Sol, donde los materiales giran en su atmósfera. "Nuestras simulaciones utilizan un enfoque realista, incorporando todo lo que sabemos sobre el plasma solar para reproducir varios fenómenos observados durante misiones espaciales," explicó Kitiashvili.
Por primera vez, el equipo ha recreado estructuras finas de la capa subsuperficial, observadas por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA. Sin embargo, Kitiashvili señaló: "Actualmente no tenemos los recursos computacionales para crear modelos globales realistas de todo el Sol. Por lo tanto, nos enfocamos en áreas o capas más pequeñas que pueden revelar estructuras de la superficie solar y de la atmósfera, como ondas de choque u objetos en forma de tornado de solo unas pocas millas de ancho. Estos detalles son mucho más finos de lo que cualquier sonda espacial puede resolver."
Entender la dinámica solar es crucial para predecir el clima espacial, que impacta las estaciones, las corrientes oceánicas, el clima, los cinturones de radiación, las auroras y más. Pronósticos precisos del clima espacial son vitales para garantizar la seguridad de los astronautas y las naves espaciales, especialmente en el marco del programa Artemis de la NASA.
Este año, el Sol ha estado especialmente activo, con eventos como un eclipse anular, un eclipse total y alcanzando el máximo solar. En diciembre de 2024, la sonda Parker Solar Probe de la NASA se acercará al Sol, convirtiéndose en el objeto hecho por el hombre más cercano a nuestra estrella.
Las simulaciones se realizaron en el superordenador Pleiades del Centro de Supercomputación de la NASA en Ames durante varias semanas, lo que resultó en terabytes de datos que ayudarán a los científicos a comprender mejor nuestra estrella y su influencia en el entorno espacial.