Se ha detectado un débil campo eléctrico en la atmósfera de la Tierra, confirmando una teoría científica sostenida durante mucho tiempo. Este campo eléctrico ambipolar, medido en solo 0,55 voltios, podría desempeñar un papel crucial en la evolución atmosférica y en el apoyo a la vida. Glyn Collinson, un científico atmosférico del Goddard Space Flight Center de la NASA, dirigió la misión de cohete Endurance, que capturó con éxito esta medición en mayo de 2022 sobre Svalbard, Noruega.
Se cree que el campo explica el fenómeno del viento polar observado durante décadas. Cuando la luz solar interactúa con los átomos en la atmósfera superior, provoca que los electrones cargados negativamente escapen al espacio, mientras que los iones de oxígeno cargados positivamente, más pesados, permanecen. Para mantener la neutralidad eléctrica, se forma un débil campo eléctrico que evita la pérdida de electrones y proporciona energía a iones más ligeros como el hidrógeno, que pueden escapar de la gravedad terrestre y contribuir al viento polar.
Este descubrimiento podría tener implicaciones significativas para entender la habitabilidad planetaria. David Brain, un científico planetario de la Universidad de Colorado Boulder, sugiere que examinar cómo varían estos campos eléctricos en diferentes planetas podría aclarar por qué la Tierra sigue siendo habitable en comparación con Marte y Venus. Aunque Marte y Venus poseen campos eléctricos, la ausencia de un campo magnético global en esos planetas ha permitido una pérdida atmosférica sustancial, lo que podría haber alterado significativamente sus climas.
La NASA ha aprobado una misión de seguimiento con el cohete Resolute, que se espera que se lance pronto. Collinson enfatiza que una investigación adicional sobre los campos eléctricos planetarios podría ayudar a responder preguntas fundamentales sobre por qué la Tierra apoya la vida mientras que otros planetas no lo hacen.