Observaciones recientes del telescopio espacial James Webb (JWST) han confirmado que la estrella Vega, ubicada a 25 años luz de la Tierra en la constelación de Lyra, no alberga planetas. Esta conclusión se deriva del uso del JWST para explorar el gran anillo de escombros rocosos detectado inicialmente alrededor de Vega en 2013.
Vega es una estrella prominente en el Triángulo de Verano y se clasifica como una estrella azul/blanca caliente, con una temperatura superficial de aproximadamente 9,600 grados Celsius y un diámetro aproximadamente 2.1 veces mayor que el del Sol. El JWST, lanzado en diciembre de 2021, está equipado con instrumentos avanzados, incluida la Cámara Infrarroja Cercana (NIRCam) y la Cámara Infrarroja Media (MIRI), que se utilizaron para sondear los escombros que rodean a Vega.
El interés inicial en los escombros de Vega surgió de señales detectadas por el Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS), que sugerían un anillo de polvo frío que emitía radiación en longitudes de onda entre 25 y 100 micrómetros. Esta señal se asemejaba a las del Cinturón de Kuiper, lo que sugería una posible formación planetaria.
Un equipo de investigación dirigido por Charles Beichman del Instituto de Ciencias de Exoplanetas de la NASA analizó los datos de NIRCam e identificó tres fuentes dentro del campo de escombros. Sin embargo, una evaluación adicional utilizando datos de MIRI indicó la ausencia de signos de formación planetaria, ya que las firmas de masa y temperatura esperadas de posibles planetas estaban ausentes.
Aunque los hallazgos actuales sugieren que Vega puede carecer de un sistema planetario, los estudios en curso con el JWST y otros observatorios que se lanzarán próximamente pueden proporcionar nuevas perspectivas sobre esta estrella enigmática.