Durante la misión Artemis I de la NASA en 2022, se enviaron dos maniquíes llamados Helga y Zohar a bordo de la nave espacial para medir los niveles de radiación a los que se enfrentarán los astronautas en las próximas misiones Artemis II y III.
Los hallazgos recientes publicados por el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) en Nature indican que los niveles de radiación en las áreas protegidas de la nave espacial Orion son aceptables para futuras misiones lunares. La radiación representa un riesgo significativo más allá del campo magnético de la Tierra y los cinturones de radiación de Van Allen, lo que puede llevar a cáncer y otros problemas de salud para los astronautas que viajan a la Luna y más allá.
El estudio reveló que la exposición a la radiación dentro de la cápsula Orion varía según la ubicación, y las zonas protegidas ofrecen cuatro veces mejor protección que las no protegidas. Además, la orientación de la nave espacial puede reducir significativamente la exposición a la radiación; por ejemplo, un giro de 90° durante el paso a través de los cinturones de Van Allen puede disminuir los niveles de radiación en un 50%. Estos resultados confirman las medidas de protección básicas de Orion para futuros vuelos espaciales tripulados.
Los maniquíes fueron diseñados para simular los efectos de la radiación en el cuerpo humano, uno sin protección y el otro equipado con un chaleco de protección contra la radiación. Aunque los resultados de esta comparación aún están pendientes, los investigadores están analizando activamente los datos.
Sergio Wacker Araújo, jefe del equipo de medicina espacial, enfatizó que los monitores de radiación a bordo de Orion proporcionaron información valiosa sobre cómo la radiación espacial interactúa con los materiales protectores de la nave y qué áreas ofrecen la mayor protección. Este conocimiento es crucial para evaluar la seguridad de los astronautas durante futuras misiones a la Luna y más allá.