Una poderosa tormenta azotó París y gran parte de Francia el 25 de junio de 2025, causando daños y alteraciones significativas. La tormenta trajo lluvias torrenciales y fuertes vientos, con ráfagas que alcanzaron hasta 112 km/h en París. Trágicamente, la tormenta resultó en dos muertes y numerosos heridos.
La tormenta, una tormenta de viento rara y duradera, causó inundaciones generalizadas y árboles desarraigados. Los bomberos respondieron a cientos de incidentes, incluyendo árboles caídos que bloqueaban las carreteras principales. Varias estaciones de metro fueron cerradas debido a inundaciones y escombros.
Las ráfagas de viento superaron los 130 km/h en varias regiones, rompiendo récords históricos. Los servicios de trenes se vieron interrumpidos en todo el país y aproximadamente 110.000 hogares perdieron el suministro eléctrico. El impacto de la tormenta destaca la creciente frecuencia de eventos meteorológicos severos en Francia, enfatizando la necesidad de una mayor preparación.